Leí una noticia en el diario El País, que me dejó anonadado, una empresa alemana de autos (no escribo la marca, imitando a Irritado, gracias por la idea), pero que todos conocemos por la letra que ni debería figurar en el diccionario español, sucursal española, amenaza a los empleados con que despedirá al que no reme en la misma dirección que…¿qué?, ah, el discurso es que en la dirección en que la empresa gana.
Según yo eso sólo significa una cosa: haz lo que yo digo, sin cuestionar nada, cuando algo sale en una dirección que yo no definí, vos no remaste en la misma dirección que yo, como si fuera lo mismo lo que gana el empleado que el dueño de la empresa.
A ver si se avivan: los empleados trabajan para dar de comer a la familia, razones mucho más importantes para remar en la misma dirección que las declaraciones de un idiota.
Cuando un directivo entra en una empresa con los tapones de punta, sale en helicóptero por el techo. Eso es lo que dice la experiencia.
Pero, mientras, seguro que se lleva empleados puestos.
Es el típico triunfalista que cree que nadie sabe como él hacer las cosas y sacrifica en el medio al ganado.
Detesto profundamente a esos engreídos que cuando los empleados no “reman” en la dirección que él previó, en vez de hacer una autocrítica a su don de mando o su poca capacidad de líder, despide gente, y mucho menos que encima lo saque en los diarios haciendo pública su ineptitud.
Y lo que es peor: hay gente que le llama “duro” como si eso fuera una virtud.
Por otra parte no dejo de notar que ese tipo de comportamientos a lo bestia es la enseñanza que deja a los nuevos empresarios programas como “El aprendiz”, en donde la masacre moral y ética son virtudes, porque el único propósito no son las personas o los servicios es el dinero.
Lo peor de todo es que en Estados Unidos, por ley es posible aducir para un despido: “problemas de actitud hacia la empresa”, dentro de la cual cabe cualquier cosa, hasta haberse acostado con la mujer del jefe.
Por otra parte, hasta los abogados admiten que las empresas tergiversan los informes para “despedir sin que se note”, inventando cuestiones de “actitud”, ningún tribunal en lo laborar puede definir un problema de “actitud”, de manera que son juicios que a la larga favorece a la empresa.
Lo que comento aquí es mi indignación, pero la verdad es que el asunto es más arduo y con mayores connotaciones, sugiero leer la nota completa en: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Despedidos/remar/empresa/elpepusoc/20100116elpepisoc_1/Tes es increíble.
Qué asco.
Menos mal que los latinoamericanos, algunos, conservamos identidad de seres humanos.
Os saludo hermanos latinoamericanos, qué feliz estoy de compartir el continente con ustedes y no con “esos”.
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